Desilusión política a la española

Tenemos tantos casos de corrupción y malversación de bienes que hemos perdido la cuenta

José Manuel Sanrodri

A día de hoy, el ciudadano español soporta su jornada cotidiana como mejor puede o sabe, pagando sus impuestos y teniendo que ver como otros se han enriquecido con lo poquito que se aporta a las arcas españolas. Es verdad que se acercan esos meses de locura en los que todos o casi todos tendremos que hacer la declaración de la renta y por supuesto, el estado a frotarse las manos con lo que recauden de nosotros. Son muchos los que se preguntan que para qué pagar si luego otros se enriquecen de ellos aprovechando que la ley está de su parte. También estamos viendo como día tras día salen casos de corrupción con lo que a los pobres policías se les habrán acabado las ideas para identificar qué caso va con quién. Me parece curioso que se creen cortinas de humo con eurodiputados que tiene presupuesto para pagarse una mariscada y no se diga la verdad de ese dinero, que por mas que se han intentado maquillar las cuentas no se ha podido esconder por ningún sitio, con cifras tan desorbitadas para organizar una campaña política que ni los que confeccionaron las facturas se lo creen. Pero volviendo al asunto, quién se puede quejar de esto, si aquellos que nos gobiernan se sacaron de la chistera una ley mordaza para que no protestemos y ahora, buscan otra artimaña para que estos tramposos que ocupan asientos en el congreso de los diputados no sean investigados. Mi pregunta y quizás la de muchos es: ¿realmente son estos los políticos que nos merecemos? No sé cuantas veces me formulo este planteamiento. Por hacer un poco de memoria recuerdo una época, no muy lejana, donde se recortaba tanto de Sanidad como de Educación y se rescataban bancos que habían sido mal gestionados, y todo ello con dinero público, y aquellos que se hacían llamar políticos no se tocaban ni un euro.

La vacuna contra el desencanto

El desencanto con la clase política es tan generalizado, que el ciudadano español se ha acostumbrado, probablemente hasta esté inmunizado ante tanto sin vergüenza. Ya nadie se escandaliza cuando se destapa un caso de corrupción, nuestra actitud es tan anodina que ya nos da igual un caso más que menos. El sentimiento, como dije antes, es tal que, a cualquier persona de a pie que se le pregunte te puede decir que, para que los juzgan si al final nadie paga sus respectivas condenas, véase el caso de la infanta y su marido. La sensación de ver cómo aquellos que pasan por el juzgado reciben un trato de favor, de la misma manera que si van a la cárcel, hace que se cree un malestar social, quizás el ciudadano se equivoca en sus elucubraciones por pensar que no van a una habitación con rejas si no a un hotel. Pero la desfachatez ha sido tan ciclópea, que ya nadie cree en esta decadente política, ni siquiera se creen las formulas de aquellos que se designan así mismos como los paladines de la democracia. Por esto, creo que no existe nada que nos prevenga contra el germen político, que sólo saben que existimos en periodos de elecciones cuando nos piden el voto tan desesperadamente. Los griegos idearon una fórmula política para que gobernase el vulgo a la que llamaron democracia y los españoles han desmejorado tanto este modelo que podría inventarse una palabra que mejor definiese el estado político que tenemos.

Imagen destacada de Josep Manel Sánchez

2 comentarios en “Desilusión política a la española

  1. Muchas veces he llegado a la misma conclusión que tú, le llaman democracia y no lo es. Ni siquiera en periodo electoral debido a la ley que lo regula. Así que en mi caso rotundamente no siento que tenga los políticos que merezco. No me sorprendn los nuevos casos de corrupción pero sí que me siguen indignando y me sigo sintiendo frustrada porque no sé qué más puedo hacer.

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