Madrid, una ciudad sucia

Hace unos años no se me hubiera ocurrido hablar de Madrid relacionándola con una ciudad sucia

Begoña Hernández

Puede pensarse que en barrios marginales no haya la misma limpieza que en el centro de la ciudad, aunque no sea justo porque todos los ciudadanos pagan una cuota dentro del recibo del agua que corresponde a la tasa de basuras.

Desde hace uno pocos años –yo calculo que dos o tres-, Madrid se ha convertido en una ciudad sucia. Estuve en agosto y pensé que la suciedad era, quizás, por el  barrio en que me encontraba: zona de Plaza Mayor hacia la Ronda de Valencia. Un barrio de calles estrechas y saturado de pequeños comercios. Un barrio de estudiantes, gente joven, mucho extranjero tanto en el comercio como en las viviendas. Sigo diciendo que no lo encuentro normal, pero yo misma justifiqué la dejadez de las calles pensando que era verano, que el personal de limpieza podría estar de vacaciones y el servicio funcionar a medio gas.

Volví en septiembre y ya no había justificación, las calles seguían sucias, auténticamente sucias. No hablamos de ningún rincón perdido de Madrid. Hablo de la zona centro y como Madrid tiene muchos centros, ni siquiera hablo del centro en el que podemos encontrar Sol y sus alrededores, que casi se podría decir que son un vertedero con esquinas en la calle Montera donde huele francamente mal o la Gran Vía por la que transitan miles de personas al día. No, hablo de la Milla de Oro, del centro más rico de la ciudad, uno de los más visitados por los turistas con dinero, esos que pretendemos que se dejen las divisas en tiendas como Hugo Boss, Louis Vuitton, Chanel, Manolo Blanik, Dior, Gucci, Hèrmes, Dolce&Gabbana, Prada, Miu Miu o Stella McCartney, mezclándose con producto nacional de gran categoría como puede ser Loewe o marcas prêt-à-porter como Máximo Dutty, Zara o Adolfo Domínguez en edificios emblemáticos que dan un aire burgués a la zona. Todo ello en un rectángulo entre la calle Ortega y Gasset y Alcalá  (paralelas) y Serrano y Velázquez (también paralelas). Más o menos nos movemos en esa zona, grandes joyerías, restaurantes, hoteles y otras firmas significativas que traen dinero a la capital.

Madrid se ha quejado de que el turismo, por económicamente fuerte que fuera, no se dejaba en la capital lo mismo que en otras ciudades europeas como Paris, Roma o Londres, y ahora que ese turismo nos visita y las firmas están abriendo tiendas en la llamada Milla de Oro, el ayuntamiento falla porque la ciudad está sucia, sucia.

Fui cámara en mano y no salía de mi asombro, ni yo ni la gente que miraba como fotografiaba la basura. La próxima vez llevaré colocado el carnet de periodista en un sitio visible para que no piensen que soy una friki, pero mientras tanto os dejo el documento gráfico que atestigua lo que os cuento.

Como reflexión podría decir que no es siempre es culpa de los ayuntamientos o del servicio de basuras, pero lo que sí está claro es que los transeúntes no pueden dejar la suciedad en una papelera en la que no cabe nada más.

Fotos: Begoña Hernández

2 comentarios en “Madrid, una ciudad sucia

  1. La verdad es que llevo tiendo viendo diferentes testimonios sobre la situación que comentas y que yo misma también he tenido oportunidad de comprobar. No sé de quién es la responsabilidad ni cuál es la solución necesaria pero está claro que ya dura demasiado y que hay que unir fuerzas para cambiar esta realidad por el turismo y por los propios habitantes.

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