Hay que ver cómo está la Sanidad

Todos somos conscientes de lo mal que están los servicios públicos, todos nos hemos quejado o hemos fingido hacerlo. Pero hasta que no te pasa, no lo dices con fuerza. Este no pretende ser un relato lastimero, es sólo, otra historia más

                Llanos de la Rosa

Iba a perder el autobús. A pesar de las dos horas de diferencia entre la cita con el médico y la del billete, iba a perderlo. A su lado tenía a su padre, que ya estaba acostumbrado, como toda su familia y por desgracia, a las idas y venidas al médico. No se moría y podía hacer una vida relativamente normal. Pero le había costado llegar donde estaba tiempo y dinero. Porque si hubiese sido por lo público, todavía no sabrían ni lo que tenía. Con la prueba hecha, le tocaba volver a la seguridad social.

Abren la puerta de la consulta, sale la enfermera, llama al siguiente y mientras esa persona entra, la mujer repite “Sí, vamos con retraso, ahora le llamamos”, una y otra vez a todos los que se le acercan a preguntar si es que se han olvidado de atenderle. No, no se olvidan. Los profesionales no lo hacen. Lo que ocurre es que son pocos. Tienen las instalaciones, las consultas, pero donde deberían estar tres hay uno. Y así van las cosas de lentas. Porque aunque quieran forzar, una persona no es una máquina. Quirófanos que sólo funcionan la mitad del día, porque es imposible que un sanitario esté en él todo el día. Enfermerxs que no dan abasto en urgencias para poner inyecciones. Médicxs de cabecera que no pueden mandar pruebas hasta que no se llega al límite, o que te recomiendan que, si puedes, te pagues tú la prueba “y eso que adelantas”. Celadorxs que ya no saben dónde colocar la camilla porque no caben más o porque le están dando varias órdenes a la vez, no hay otrx para hacerlo al tiempo.

En todo esto pensaba mientras seguía esperando, hasta que volvía el pensamiento del autobús. ¿Y este niño de aquí cuántas clases se estará perdiendo por estar aquí? Y su madre, ¿habrá pedido el día en el trabajo? Esta chica con el traje del Mercadona, ¿tendrá después problemas si no llega a la hora acordada? Y este señor que temía perder el autobús a su pueblo, porque ya no hay más, ¿llegará a tiempo o tendrá que pasar aquí el día entero? Porque claro, que te den cita con el especialista ya es lo suficientemente complicado –a veces casi imposible- como para perderla. Cualquiera se arriesga a volver a entrar en lista. Con lo fácil que sería que el trabajo de tres, lo hicieran tres y no uno.

Al fin te toca, aún queda esperanza de no perder ese bus.

-¿Cómo sigues?

-Como siempre, según el día

-Te doy cita para dentro de 6 meses. Si quieres operar, vuelve antes. Pero ya sabes que…

-Que va para largo

Sale, corre, llega en tiempo límite a coger el bus. Respira tranquila y piensa en las carreras que se ha pegado en los últimos meses. No se muere no, puede esperar, aunque sus dolores sigan. Pero habrá otrxs tantxs que no puedan. Y por mucho que corran, los que deberían ponerse las pilas siguen sin hacerlo. Y ya sabemos todxs, quiénes son…

Imagen destacada de Josep  Manel Sánchez

3 comentarios en “Hay que ver cómo está la Sanidad

  1. Qué lástima que esto sea el pan nuestro de cada día… Y las personas que tienen el poder de cambiar la situación no sienten la necesidad porque no utilizan el servicio público.
    Y así está uno de los pilares del Estado de Bienestar en un ya más que estrenado siglo XXI.

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      • Este artículo se centra en las esperas que en el caso de los especialistas son increíbles pero también se podría hablar de la dificultad para recibir un diagnóstico que es algo que también se sufre a menudo.

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